Dialogos y pensamientos

_____“¿No es el colmo de la insolencia y la flojedad? Yo, Baco, hijo del ánfora, voy a pie y me fatigo, mientras le cedo a este sibarita mi asno para que vaya a su gusto y no tenga nada que llevar.” – Lo veía claro – Nunca pensé que se me daría tan fácilmente esta oportunidad.
_____Las borlas del dosel se movían a un ritmo acompasado. El cuerpo de Catalina no era más que un envoltorio de carne con las faldas hasta la cintura, un receptáculo para la semilla.
_____Nicolas entraba en un frenesí de lujuria, pero a diferencia de la cantidad de veces que logro entrar en este estado, sus sentidos no se alteraban. La vista no le jugaba malas pasadas mostrándole bacanales orgiásticas, ni el tacto le recordaba la carne húmeda. Podía apreciar el cuerpo de la Reina, el cuerpo de la mujer, el cuerpo de la madre.
_____– ¡Logoi spermatikoi, aquí estoy sembrando mi semilla sobre el poder para que tengamos un heredero digno de Baco, el renacido! ¡Logoi spermatikoi te estoy abriendo las puertas de mi percepción!.
_____Nicolas pudo escuchar una voz, una voz que conocía bien. Las palabras sonaban como si dos personas hablaran al mismo tiempo, diciendo las mismas frases.
_____– No es tu momento ni el mío aun Nicolas. ¿Donde estoy? Siento sus preocupaciones. No es fácil perder un hijo. Ya estoy a resguardo.
_____– ¡Es nuestro momento!. Estoy embriagado de placer, lo puedo sentir. – dijo Nicolas. – El camino esta allanado, traigan el carromato de Dioniso.
_____Nuevamente esa voz, su daemon. – Hicimos el trabajo, aun no es momento, pero lo conoceremos. Recuerda que te amo… padre.
_____El clímax llego. Una punzada de placer en la entrepierna que se repitió en el corazón. Nicolas bajo la vista para observar su trabajo, pudo comprender que el placer del pecho se convirtió en dolor, una espada lo atravesaba. Su mirada recorrió la cama, el techo, la ventana y una caída hacia el suelo. Guy le había cortado la cabeza.