Darun vio caer a Marine y cargó contra los dos caballeros Mirage, ninguno de los dos pudo hacer demasiado contra el que había sido en otro tiempo su maestro. Ambos cayeron bajo el efecto de su espada imbuida en el agua de Mianna.
Las últimas dos flechas de Marine no habían dado en el blanco. Jamás le había pasado que dos flechas una tras otra no encontraran su objetivo.
Había visto a Darun pararse junto a ese enorme golem de hielo, estaba nerviosa, jamás había estado nerviosa en un combate...
Darun había intentado pegar al golem detrás de la articulación de la rodilla, pero ni se había inmutado. El enorme brazo se movió y la mano golpeó directo en la caja torácica al que había sido el capitán de los caballeros Mirage.
-¡¡Darun!!
Marine corrió hacia él, no se movía y el terror la invadió, jamás se había dejado invadir por el terror... era un sentimiento que podía reprimir, como a veces lo hacían los nuevos nacidos. Pero esta vez, no pudo hacerlo.
-Darun ¿por qué lo hiciste?
Darun tosió y escupió sangre. Marine se desesperó, ya no tenía maná y no podía conectar con los espíritus de Eden para curarlo.
-Estás bien...- balbuceó, ya casi no veía con sus ojos pero vio a Marine sin verla, la recordó, podía recordar su rostro claramente.
Marine no pudo más, sus lágrimas lavaron sus mejillas, ahora sucias por el combate y la sangre.
Darun hizo un esfuerzo enorme para levantar su brazo y acariciarle la cara, seguramente estaba quebrado porque el dolor era insoportable...
-Estás llorando por mí...
El nudo que tenía en la garganta no le permitía hablar, Darun usó sus últimas palabras para hablarle a ella.
-Marine... escuchame...
Ella solo podía llorar, no le salían las palabras. Tomó su mano entre las suyas y lo escuchó, sabía que serían sus últimas palabras.
-Verte sonreír de nuevo... fue el regalo más grande que pudiste haberme dado, no dejes de sonreír...
-Darun no te mueras, no me dejes, te amo.
El brazo de Darun empezó a pesarle más, ya no podía sostenerlo más y ella siguió sujetándolo.
-Yo también te amo Marine, siempre te amé...
Marine lo besó en los labios, pero jamás iba a saber si él lo sintió o no.
Cuando volvió a mirar el campo de batalla no entendió lo que había pasado, un enorme cono de hielo se elevaba unos doscientos metros encima de sus cabezas. Sobre él Dante, el hombre que le había robado su vida, su vida cuando era pequeña, su vida con Darun ahora.
Apuntó la flecha, un aura de electricidad recorrió su cuerpo, jamás había estado tan enojada.