(Puerto Blanco) El heredero de Puerto Blanco (Melany, Lord Wyllas)

Uno de los caballeros que estaban al servicio de Lord Wyman me acompañó a pasear por los hermosos jardines. Era un muchacho joven, quizás recién nombrado caballero. Luego de un tiempo de caminar en silencio le pregunté:
-Me gustaría conversar con Lord Wyllas, ¿sabe usted si estaría disponible para recibirme?

- Normalmente puede encontrarlo cerca de los patios - Ser Hollan señalo un arco de piedra. Del otro lado se escuchaba la danza de las espadas - Permitame guiarla

-Muchas Gracias Ser Hollan- escuchaba el ruido de los entrenamientos de los soldados de Lord Wyman a lo lejos- ¿Se encarga Lord Wyllas del entrenamiento de las tropas?

- No - Hollan quizo discimular pero se notaba que ningun Manderly era muy afecto a las armas - Ser Wyllas supervisa, conoce a sus hombres y llama a cada uno por su nombre. El hace el trabajo del señor, no el del guerrero. Es el Padre .... - Los Manderly adoraban a los siete

-Parece ser que ayuda bastante a su padre, es admirable que conozca los nombres de sus soldados, así también es como forja una buena relación con ellos. Pero... ¿Le puedo hacer un pregunta Ser Hollan? ¿Cree usted que la relación de su señor con las casas vecinas es buena? A veces había que preguntarle a varias personas sobre un punto para poder sacar algo en limpio...

- Mi señora - Hollan la miro con un clara cara de preocupacion - estamos rodeados de .... iba a decir lobos pero se podria entender que hago alusion a los Stark ... pero los Bolton, los Ryswell ... Dustin ... todos nos miran de reojo ... todos quisieran ver a Lord Wyman muerto .... - Hollan volvio a mirar para ambos lados - En los proximos años, el destino de Puerto Blanco estara en problemas

- Lord Mandery mantiene el equilibrio - Hollan se veia incomodo, no por la pregunta sino por el desconocimiento - ... no ... no se cuanto durara pero mientras dure debemos prepararnos. El viento huele a guerra, mi señora ... - Se dio cuenta que habia hablado de mas - Perdoneme, hable demasiado. La escoltare hasta Ser Wyllas... por aqui.

Guerra... parecía ser que esa gente vivía esperando que sus vecinos se les lanzaran al cuello como lobos sobre un ciervo... siendo así no podía aconsejar a Kenneth de contraer matrimonio con una de las muchachas, a pesar de que ambas parecían bien educadas.
No sabía si esa sensación tenía que ver al propio Lord Wyman o realmente las cosas con sus vecinos estaban tan mal como para que creyeran que se les venía encima una guerra...
-Aprecio mucho su sinceridad Ser Hollan, espero que sus sospechas sean nada más que eso, sospechas. Nos veremos seguramente antes de que mi sobrino y yo partamos nuevamente.
Me dirigí hacia el campo de entrenamiento y me presenté ante el señor.
-Lord Wyllas, espero no interrumpirlo en sus tareas, me gustaría conversar un momento con usted.

- Lady Melany! - La joven morsa se sorprendio de verla - Hombres, descansen. Les presento a Lady Melany Hawkeye, la mujr mas bella del Valle y una de las mas bella de los Siete Reinos - Los hombres clavaron su rodilla en tierra como si se tratara de una reina. Wyllas sonrio y sus bigotes se arquearon acompañando la sonrisa, confiriendole un aspecto amigable y hasta juvenil. - Pueden retirarse - Los soldados enfundaron sus espadas y se retiraron de la plaza. El sol estaba alto y el aire del norte traia olor a hierba y nieve. - Digame mi señora, en que puedo servirla?

Les hice una reverencia a todos antes de que se marcharan, me pareció un poco exagerado lo de arrodillarse siendo que yo no era nadie, pero asumí que así los tenía entrenados su señor.
Todos en Puerto Blanco se empeñaban en atendernos amablemente, si pensábamos fríamente nos habían hecho ir hasta allí en vano, y quizás por eso sus esfuerzos. Aún así, me gustó la estadía y no podía quejarme de nada.
-Es usted muy amable Lord Wyllas, gracias por sus palabras. Solamente quería tener una charla con usted antes de que mi sobrino y yo retornáramos a nuestro viaje. Su padre ha sido muy amable conmigo y ha otorgado un permiso comercial a nuestra casa con Puerto Blanco, tal como mi hermano lo ha hecho con él en el pasado. Aún así... sus palabras me inquietaron un poco. Él no quiere que unamos a nuestras familias, supongo que usted tiene el mismo pensamiento...