(Castillo Niebla) Encuentro con el futuro marido (Melany, Rhaeno)

El día que Lord Allastorn llegó a Castillo Niebla estaba muy soleado. Decidí que era lo más prudente salir a cabalgar, además que no quería que nadie escuchara nada que tuviera que ver con esa conversación. Si me iba a casar quería que al menos el hombre con quien me casara me tratara bien, nada más, solo eso. Y bueno, también me interesaba que me atrajera aunque sea mínimamente para no tener que comportarme como muñeca de trapo como lo había hecho con el viejo. Me iban a tener que tratar bien en todo sentido, esta vez era yo la que tenía las de ganar. Perder más que lo que ya había perdido no se podía, así que ganar era la única opción.
Le había dicho a mi hermano que cuando llegara lo enviara directamente hacia los establos, iba a estar esperando allí con Brisa, mi yegua blanca.
-Lord Allastorn, sé que quizás no sea de lo más hospitalario hacerlo recorrer los alrededores ya que debe estar cansado del viaje, pero siendo un día tan hermoso me pareció que podíamos cabalgar un poco. le dije mientras acariciaba el morro de mi yegua.

Spoiler:

- Mi señora - Rhaeno vestia un jubon verde de viaje con el carnero de su casa bordado en plata. Hizo una reverencia ante Melany como nunca le habian hecho antes. No era alto ni tampoco musculoso. El cabello revuelto parecia que no podia ser peinado, rebelde pero limpio. Una canas decoraban sus cienes pero no tenia el rostro de un viejo. Sus ojos, azules y profundos como el mar tenian una llama de picardia pero no de insolencia. No era el tipico caballero del valle, pagado de si mismo, altivo y engreido, parecia humilde y sincero y sus manos estaban curtidas por el trabajo, no por la espada - Su sola imagen me ha devuelto la energia que perdi durante el viaje. Por mucho que se diga sobre su belleza, nadie puede expresar con palabras lo hermosa que es usted. Rhaeno Allastorn, su humilde servidor

Le sonreí, seguido de una reverencia contestando la suya. Esas primeras palabras fueron una buena primera impresión. Lord Allastorn no era un viejo y las canas lejos de hacerlo parecer un anciano lo favorecían. Le daban cierto aire de sabia experiencia. Creo que lo que más me gustó fue eso y esos tranquilos ojos azules que me miraban expectantes.
-Gracias por haber venido, seguramente es un hombre ocupado y significa mucho para mí que se haya tomado un tiempo para venir a verme. No quería conocerlo en la boda, siempre eso me pareció un poco... triste. Debo confesar que no leí la propuesta que le hizo a mi hermano porque me gustaría que me lo dijera usted. Puedo preguntarle algo? y sin darle tiempo a responder dije casi enseguida Que expectativas tiene usted con esta boda? Me gustaría saber si soy capaz de cumplirlas... pero no me responda todavía, cabalguemos. Subí a la grupa de Brisa y cabalgué, quería alejarnos del Castillo de Niebla y de Forja de Héroes antes de que empezaramos a conversar.

Rhaeno volvio a montar su corcel negro. Cablagaron hasta un bosque cercano y cuando supo que estaban solos la miro a los ojos - Mi señora - mantuvo el paso a su lado - No soy un hombre de palabras y me agrada que no haya leido mi propuesta pues fue escrita para otros y por otros. Mi deseo siempre fue conoceros y poder ganarme su corazon antes de que algun lazo formal nos uniera. No vengo a tomar sino a ofrecer, mi casa, mis tierras, mi corazon y todas mi intensiones son suyas, si me acepta y mi unica alegria sera la que vea en sus ojos, la que me deje saber con su sonrisa. No busco solo una mujer, busco una compañera, alguien con quien reconstruir mi casa, darle alegria a mi pueblo. No tengo mucho, mi señora, pero todo lo que tengo es suyo, si me acepta. Si decide no aceptarme, aun asi puedo irme feliz pues he visto la belleza con mis propios ojos y no por el relato de quien la conoce

Le sonreí. Con esas pocas palabras ya había logrado cautivarme. Aunque estaba lejos de conocerlo me gustó bastante que me alagara tanto, a qué mujer no le gusta que lo hagan...
-Creo que le hablaron de mí solo de las cosas buenas, eso me alegra. Asumo que sabe usted que estuve casada y enviudé, lamentablemente en nuestra sociedad eso equivale casi a quedarse sola de por vida. No había recibido otras propuestas antes de la suya y creí que mis días como esposa habían terminado. Mi hermano me dijo que era libre de decidir lo que yo quisiera, y creo que ya es hora de alejarme de su lado, no porque no quiera seguir estando aquí sino porque quiero ayudar a favorecer los lazos que tiene mi Casa con sus vecinos. Cuando me dijeron que en su Casa había mucho que hacer lo tomé como un desafío, quizás no es muy modesto de mi parte... pero creo que puedo ayudar. Además estoy buscando algo muy similar a lo que busca usted. Yo también quiero un compañero para compartir mis días, alguien con quien ir a eventos sociales sin que me sigan mirando con pena por ser una viuda tan joven... Le puedo hacer una pregunta? Va a creer que me estoy tomando muchas libertades por ser esta nuestra primera charla, pero me gustaría saber... usted nunca estuvo casado? Nunca intentó formar una familia?
Bajé de Brisa y la llevé hasta un pequeño arroyo para que bebiera. Después saqué una manta de la alforja y la tendí sobre el suelo.
-Sabía que podía tener hambre así que traje un refrigerio.

- No, nunca estuve comprometido, ni casado - Rhaeno la ayudo a abrevar a sus caballos - MI padre es un hombre particular y deseaba que yo me uniera a algun descendiente de los Targaryen. Tiene una seria obsesion con los reyes dragon y esta lo llevo a pasar el resto de sus dias encerrado en la torre que marca el limite de nuestras tierras. Gracias a el, nuestra fama en el valle no es la mejor y ningun señor se arriesgaria a formar lazos con nosotros. Cuando vuestro hermano, Lord Leyros me pidio como favor personal que tomara a Laurent como mi escudero ... bueno .. nadie me habia tomado en serio y que el hiciera eso ... fue una señal para que nuestra casa resucitara. Nunca podre agradecerle lo suficiente. Laurent es como el hermano que nunca tuve y es un hombre ambicioso y pujante, un excelente guerrero y una persona con principios muy altos, un digno caballero, como vuestro hermano. - Rheano tomo lo que Mel le daba - Entonces, cuando me invitaron a concoerla no pude mas que agradecer y partir hacia aqui. Como vera, ademas de admirarla, tambien estoy en deuda con usted, incluso antes de conocerla. Sera un honor convertirme en su esposo y sirviente - Se arrodillo frente a ella y tomo su mano - Se casaria conmigo, Lady Melany?

Que me haga esa pregunta me hizo muy bien, yo no estaba obligada a nada, esta era mi decisión y quería que esta unión saliera bien, tanto para mí como para él. Pero para eso, tenía que hablar con él de algo que jamás había hablado con nadie. Si quería que ese matrimonio funcionara no podía ocultárselo. Un secreto como ese podía arruinar todo lo bueno que quisiéramos construir... existía el peligro de que él no quisiera seguir adelante pero aún así... tenía que decírselo.
Le sonreí y sin soltarle la mano comencé a hablar.
Antes de responder esa pregunta hay algo que quiero contarle. No es fácil para mí hablar de esto... pero creo que si ambos queremos que funcione no puede empezar con un secreto. Quiera usted mantener esa propuesta o no después de escucharlo le pido por favor que lo que hablemos aquí quede en este lugar y solo entre los dos. Como usted sabrá Laurent y yo prácticamente nos criamos juntos. Él es el hijo de la mujer que considero mi segunda madre, me crió y me enseñó la mayoría de las cosas que sé. Cuando me casé, tenía trece años. Ella se encargó de ayudarme con mi vestido y de darme todos los consejos para ser una buena esposa. Y así fue que me casé y callé lo que decía mi corazón porque sabía que no había opciones, así eran las cosas y así encerré en mi corazón todo lo que sentía por él. Pasaron cinco años hasta que enviudé, y lo primero que hice fue buscarlo, ese amor que había encerrado tanto tiempo resurgió con una fuerza y una pasión que jamás creí que fuera posible... pero cuando lo encontré él ya se había casado y todo ese amor destruyó parte de mi corazón y parte de mi alma. Jamás volví a ser la misma...
Me di cuenta de que había empezado a llorar pero ya no había forma de detener eso, ya se lo había dicho. Si lo había arruinado todo o no aún no lo sabía.
-Pero a pesar de todo ese dolor la vida seguía, y poco a poco lo que quedaba de mí se concentró en ayudar a mi familia. Ayudé a mi hermano Leyros en todo lo que pude y logré gracias a él, a su esposa y en especial a mis sobrinos, recuperar la parte que aún estaba viva y lograr que volviera a sonreír. Aún así, aún hoy no logré que volviera a amar, y realmente no sé si voy a poder hacer eso yo sola... por eso quiero volver a casarme, no solo para ayudar a mi familia, o como un desafío personal... quiero volver a amar de nuevo, aunque no tenga la certeza de que eso sea posible. Ahora ya lo sabe, no estoy completa y esto es lo que puedo ofrecerle, si aún su propuesta sigue en pie, responderé su pregunta.

Rheano la escucho pacientemente, sin emitir sonido, la confesion de Mel lo obligo a un silencio respetuoso y cuando las lagrimas rodaron por las mejillas rosadas de la dama, le extendio su pañuelo
- Mi señora - Rhaeno se incorporo - si usted ha confiado en mi, yo debo confiar en usted - Camino hacia el arroyo y perdio su vista en algun yuyo - Hay una razon por la que nunca me he podido comprometer y aunque no suene muy masculino, el miedo puede ser muy fuerte. MI abuelo recibio las tierras por ser uno de los mejores carniceros durante la rebelion de los Fuego Oscuro. Construyo la torre del Viejo Carnero para poder vivir con su primera mujer y su hijo, mi padre. Se dejo tentar por una lavandera que ayudaba a mi abuela y le hizo un par de bastardos. Mi abuela era una persona algo impulsiva y en un ataque de ira asesino a la lavandera y a sus bastardos. MI abuelo decidio que era traicion y la quemo viva ante los ojos de mi padre. Parece que su ejemplo calo hondo en mi padre porque hizo exactamente lo mismo con mi madre cuando sospecho que lo engañaba con un caballero - La miro con los ojos inyectados en sangre - Frente a mi. El fuego salvaje, o fuego valyrio, derrite la piel como mantequilla pero no produce humo asi que la persona no muere por aspirarlo, siente cada segundo como su cuerpo se derrite, como sus organos fallan,como los huesos se quiebran, como se vuelve una masa sanguinolienta... - NO pudo mirarla - No pude hacer nada, ella gritaba y yo estaba paralizado. Mi padre reia como lo que es, un loco, mientras las llamas verdes la deboraban. MI padre, mi abuelo ... puedo hacer yo lo mismo? Si me aceptas, yo te acepto Mel y juntos podemos curarnos las heridas

Sentí que lo que yo le había contado era una trivialidad en comparación, era tan triste... no podía parar de llorar... El pañuelo que me dio quedó empapado en lágrimas. No lo culpé por tener miedo, quién no lo tendría. Quizás fueron los dioses antiguos, o quizás los nuevos los que me dieron fuerzas para hablar, no lo sé, pero supe que no me había equivocado al decirle todo, que había sido lo correcto.
-Quizás no soy quien para decirte esto...- todavía me costaba un poco hablar debido al llanto pero traté de calmarme, poco a poco, y hablé despacio y pausado- Que tu abuelo o tu padre hayan hecho tal... atrocidad, no significa que vas a hacer lo mismo. Además es una suerte porque yo no tengo miedo, al menos no tengo miedo de que a mí me pase eso mismo, puedo afirmar con lo poco que te traté que no sos capaz de hacer algo así.
Recién cuando terminé esa frase me di cuenta de que no había hablado como debería, todo mi tono formal se había esfumado, le hablé como una amiga, no como una posible prometida... Eso no estaba bien, pero ya no había forma de remediarlo, así que volví al trato formal para responderle.
-Lord Allastorn, la respuesta es sí, acepto casarme con usted, pero con una condición...

Los ojos de Rheano no podian contener las lagrima. La miro y clavo su rodilla en la tierra - Una condicion? Lo que sea, mi señora

Saqué el pañuelo que traía yo y se lo di.
-Que a partir de ahora me dejes llamarte Rhaeno, porque como verás ya empecé a confundirme al hablar... y mezclar el lenguaje formal con el informal se hace un tanto difícil de entender... Y vos podés llamarme Mel, aunque ya lo hayas hecho sin darte cuenta hace un rato.
Le sonreí.

- Nada me haria mas feliz Mel - Y era extraño ver a un caballero del valle con un nudo en la garganta y una sonrisa en los labios - Nada

Si había algo parecido a la felicidad en el matrimonio debía ser algo como eso. Quizás no lo amara pero quizás con su ayuda podría hacerlo en algún momento. Quizás podríamos volver a estar enteros... volver a sentir que era posible vivir sin dolor era algo que no esperaba.
Admito que el día que mi hermano me dijo que le había llegado una propuesta de matrimonio, el mismo día que había visto irse a Laurent, estaba muy molesta. Pensaba en un matrimonio que tarde o temprano pudiera favorecer a nuestra familia, pero ahora después de hablar con él, después de que fue totalmente sincero conmigo... quizás podría también ser bueno para mí...
Terminé de secarme las lágrimas.
-Tenemos que hacer una promesa, nunca más vamos a llorar solos a partir de ahora. Vamos a ir a buscar al otro donde sea que esté.
Y pensé un momento para armar la frase antes de decirla:
-"Rhaeno, prometo que pase lo que pase y nos separen las millas que sean voy a ir a buscarte para que nunca más tengas que llorar solo. Serán testigos estas montañas que nos rodean porque ellas nos sobrevivirán a todos".

- Lo prometo Mel, no lloraras nunca mas sola - Le tomo las manos y la acerco a el - Mi vida es tuya ... mi corazon es tuyo. - y la beso delicadamente

Realmente no esperaba eso, me tomó totalmente desprevenida, pero no me disgustó, al contrario. Me acerqué más a él y le puse las manos en el cuello mientras le seguía con delicadeza el beso que él había empezado.

Cuando nos separamos le sonreí y le dije:

-No esperaba eso... pero definitivamente puedo afirmar que me gustó.

Le puse los brazos alrededor del cuello y lo volví a besar, pero había más pasión que delicadeza en ese segundo beso.

Cerramos aca?

Si si, cerrá nomás.