(Castillo NIebla) El regreso del heroe (Mel - Eramus)

Como llamar hogar a un lugar que no se pisa en 10 años? Las rocas blancas de Castillo Niebla surgian entre las nubes a medida que los caballos subian el camino que une el castillo con Forja del Heroe. El Invierno habia terminado segun los maestres pero aqui, a esta altura, los ultimos dedos de viento gelido penetraban las ropas y el cuero endurecido del joven señor.
Tras la reunion con el Rey Robert, Erasmus habia quedado en custodia de la caja con los huesos de su hermano. La caja era grande, ricamente ornamentada, con escudos de la casa forjados en oro y piedras preciosas en 5 de sus caras, los herrajes eran de hierro pulido, coloreado con el celeste de los Hawkeye. Lord Jon Arryn le habia dado la ultima capa de Rowen para cubrirlo. En los ribetes de piel del cuello habia algunas gotas de sangre de su hermano que Erasmus se nego a sacar. La angustia era un puño que le presionaba las entrañas y tenia que luchar como nunca para no derramar lagrimas. El camino se habia hecho largo, recibio la hospitalidad de todos los señores del valle, desde Puerto Gaviota hasta Rapsodia donde se embarco hacia Forja del Heroe. El pueblo que lo habia visto crecer estaba en ruinas, solo algunas casas de piedra y parte del pueblo todavia se mantenian en pie. La niebla parecia una mortaja y lo cubria todo. Como espectros cientos de hombres y mujeres demasiado viejos para pelear los esperaban en el muelle que habian levantado para las barcas que cruzaban el estrecho desde las tierras de los Belmore. Un cuerno triste sono en toda la ciudad tan pronto como se vio el estandarte de los Hawkeye y añadio un poco mas de dolor a la escena. La gente llevaban en sus manos violetas del invierno, la unica flor que podia crecer en esta tierra, debajo del hielo.
Las lagrimas rodaban por el rostro de los viejos mientras arrojaban las flores al paso de la caravana hacia Castillo Niebla. Erasmus pudo escuchar cientos de bendiciones, de los viejos dioses, de los nuevos.
Las puertas de Castillo Niebla se unieron al sonido de los cuernos. Los soldados norvosi que habian venido del otro lado del Mar Angosto con Leyros formaron una guardia de honor con sus armadura de cobre bruñido y sus alabarda afiladas como para afeitarse. Sus rostros, casi todos barbados, eran duros y curtidos y pocos hablaban el idioma comun de poniente, aun asi la situacion abrumo a varios que tenian los ojos escarchados de lagrimas. En el patio central del castillo habia demasiadas caras nuevas, muchos de ellos habian venido con los Templeton para liberar los castillos de los salvajes, otros habian escapado de Blackstone junto con su nueva esposa que lo esperaba, ansiosa, en las escalinatas de la puerta principal. Castillo Niebla era una estructura impresionante pero no habia salido indemne a las crueldades de la guerra y ponian verse estructuras nuevas en todo el patio. La gente del pueblo los habian seguido como un sequito de espectros desde Forja del Heroe y ahora tambien entraban.
Leyros bajo las escaleras, escoltado por su capitan norvosi y sostuvo las riendas del caballo de Erasmus para que pudiera bajar.
- Bienvenido hermano - La voz del señor de Castillo Niebla se entrecortaba - Castillo Niebla se alegra de recibirte. Por fin la familia esta unida de nuevo. - Uno de los soldados tomo las riendas y Leyros abrazo a su hermano y solto el llanto.

Supe que Rowen había muerto incluso antes de que llegaran las noticias, no podía explicar cómo, ni por qué lo sabía, pero así fue. Fue algo que sentí en el viento, sentimientos que me susurraron las hojas de los árboles, incluso creí sentir tristeza en nuestro arciano. Supe que Rowen había muerto porque también se había muerto algo dentro mío, algo que nunca más volvería, lo que me quedaba de inocencia.
Quise ponerme el vestido azul y plateado que tanto le gustaba a Rowen, pero ya no me quedaba, había crecido mucho esos últimos años, y muchos de los vestidos que usaba cuando estaba él conmigo hacía tiempo que no me quedaban ¿Pero acaso importaba? Él no estaba allí para verme, él no iba a llegar rodeado de sus hombres, sobre su caballo, con su armadura brillando al sol y la gloria marcada en su rostro, no, eso no iba a pasar.
Así que no me importó el vestido, tampoco me importó maquillarme, para qué, las lágrimas correrían todo lo que intentara ponerme.
Llorar a papá no había sido suficiente, llorar por nuestra gente no había sido suficiente, ahora también había que llorar por Rowen. Había sido un caballero, había sido un hijo ejemplar, había dejado todo para quedarse con su familia, había dado su vida por el reino, había jugado, reído y animado a su pequeña hermana toda vez que ella lo había necesitado. Dicen que muchas niñas se "enamoran" de sus padres cuando son pequeñas, que es parte de su crecimiento y de lo que luego serán como personas, yo no me había enamorado de papá, me había enamorado de Rowen, como cualquier otra mujer se hubiera enamorado de él, porque así eran los caballeros de los cuentos y las canciones.
Hoy había que decirle adiós a Rowen, dentro mío yo ya le había dicho adiós, hoy era el día en que todos iban a llorar por él, porque hasta las mismas piedras hubieran llorado por Rowen si hubieran podido.
"Cuéntame hermano, cuéntame como acabaste con todos tus enemigos, como salvaste a tus hombres, cómo fue la batalla..."
"Te lo contaré hermanita, no será hoy, pero te lo contaré, algún día nos volveremos a ver, y ese día te lo contaré"
Esas hubieran sido seguramente sus palabras...

Gracias Hermano dijo Erasmus visiblemente conmocionado y devolviendo el abrazo a su hermano Leyros
He traido a Rowen de regreso a casa hermano, siento que sea de esta manera... Agrego Erasmus a punto de quebrarse por el dolor de la perdida de su hermano mayor, aunque en Desembarco del Rey se habia mostrado duro frente al rey, su hermano mayor para el siempre habia sido el hidalgo Caballero andante y por mas que no comulgara con su decision y eleccion de bando , siempre seria su hermano en esta vida y en la otra

No saludé a Erasmus y sabía que no había estado bien pero tampoco me importaba. Pasé frente a él, y ante varios de los hombres que lo acompañaban sin siquiera mirarlos. Solo me dirigí hacia el cajón ornamentado que habían preparado para su cuerpo, porque su alma ya no estaba allí, ahora estaba con mamá y papá, que lo habían estado esperando. El vestido que tenía puesto, sin adornos ni decoración, quedó debajo de mis rodillas cuando llegué ante él. Apoyé mis manos sobre la capa de Rowen, sabía que era suya, lo supe porque todavía tenía su olor. La saqué de arriba del cajón y me la puse sobre los hombros para cubrirme con ella, y recordar su último abrazo y le dije en un susurro:
-Bienvenido a casa hermano, te estábamos esperando.
Me abracé a ese cajón de madera adornado con muchas piedras preciosas y lloré por él, como muchas personas alrededor nuestro lloraban por él desconsoladas.

Erasmus contemplo a su hermana pasar junto a el y Leyros sin saludar e ir directamente hacia el cajon que llevaba los restos mortales de Rowen y tras abrazar el decorado cajon tomar la capa de rowen y ponersela sobre sus hombros. A cualquier otra persona hacer eso hubiera bastado para que Erasmus lo desmembrara pieza a pieza, pero Mel era su hermana menor y la mas apegada a Rowen y sabia que ella entre todos ellos era la que mas sufria la partida de su hermano el Caballero de Bronce como Erasmus lo llamo alguna vez en una de las esporadicas cartas que mandaba a casa.

- Entremos - Leyros tomo a Mel por los hombros y la ayudo a incorporarse - Erasmus esta cansado y el septo espera a Rowen - Sabia que debia ser fuerte
Ilyria fue en busca de su esposo y cuando estuvo frente a el le tomo las manos y se las beso, ambas - Tu esposa te recibe, Erasmus, señor de Blackstone - y tomo su brazo para entrar en la sala principal de Castillo Niebla.
En los buenos tiempos, la sala principal habia albergado mesas para 50 o 60 caballeros y varios señores vasallos. Ahora la soledad de habitaba los muros. Un tapiz myrense con el grabado del sigil de la casa decoraba detras del Trono de las Aguilas, la silla que los Tully habian obsequiado a Oren como parte de la dote por su esposa. Alrededor, poco mas de 20 personas buscaban lugares en las 3 mesas que se habian dispuesto y casi todas provenian de Nuevestrellas. Lord Symond y su hermano parecian aves rapaces, con sus narices como pico y los grandes ojos que parecian no perderse nada. Symond era absolutamente calvo, pero su hermano lo compesaba con una larga cabellera entrecana. Habian respondido a la llamada de Lord Hawkeye y por eso estaban ahi, para reclamar su beneficio.

Erasmus contemplo a Lord Symond como si este fuera un buitre que sobrevolaba a un moribundo si esos parasitos creian que los Hawkeye eran un cadaver a descuartizar se llevarian una sorpresa, contemplo a su bella esposa Illyria y penso en lo que le dijo le gustaba el titulo senor de blackstone pero hubiera dado todo por la felicitacion de su padre y las palmadas de Rowen, los salvajes pagarian con sus vidas la muerte de su padre y de su suegro...
Rowen descansaria en paz cuando la familia se recupera y volviera a crecer,el ajuste de cuentas por Rowen tendria que esperar a otro momento pero llegaria penso Erasmus mientras acariciaba a su esposa y contemplaba a Leyros mientras se disponia a hablar

Sentí las manos de Leyros y me aferré a él, llorando, no podía ver por las lágrimas así que dejé que él me condujera al castillo. Había más gente que la acostumbrada ahora que Leyros había vuelto, pero aún así, eran pocos, en comparación a lo que en otro tiempo supo ser. No vi rostros, solo formas a través de esa cortina que nublaba mi vista.
En el salón sobre el trono imaginé a papá, a su lado una sombra, era mamá, pero yo no la recordaba, y por la puerta, detrás de Erasmus, Leyros y yo entraba Rowen, con su sonrisa iluminando el gran salón y papá que se adelantaba para recibirlo con un abrazo. Quise ir hacia ellos, pero sabía que no estaban allí, que ya nunca más podría abrazarlos...
No quería ser fuerte, no quería, no quería saludar a nadie, no quería que toda esa gente desconocida y que no conocía a Rowen siquiera estuvieran allí. Este era nuestro adiós para Rowen, nuestra casa y nuestro pueblo, nadie más tendría que estar allí en estos momentos... nadie.
No tenía hambre, no me quería sentar a la mesa con toda esa gente. Frené mi marcha y me dirigí hacia el trono de papá, me senté sobre los escalones, abrazada a la capa de Rowen.

Erasmus miro a Melany sentarse en la escalera que llevaba al trono que fuera de padre y se le partio su duro corazon y casi lo hizo quebrarse delante de todos los escasos visitantes, clavo los dientes y contuvo las lagrimas y se apreto aun mas a su esposa, no lloraria delante de fuereños habria tiempo para llorar a padre, a rowen e incluso a mi suegro pero no delante de los visitantes.

- Mel ... - Annika se acerco a su cuñada y le seco las lagrimas con su pañuelo - debemos subir, sentarnos ...toma mi mano, ayudame - habia quedado debil despues del ultimo parto y Jano apenas habia sobrevivido a su traumatico nacimiento. Ahora, en brazos de su hermano, el ultimo de los Hawkeye era apenas un reboltijo de mantas.

Dejé que Annika me secara las lágrimas, ella que había sido más fuerte que nadie esperando el regreso de su amado, del padre de sus hijos, que había cuidado de Kenneth y Jano mientras tanto. A Rowen no le hubiera gustado que yo la dejara sola, cuando ella había estado ahí para mí en tantos momentos de dolor, que había sido como una madre para mí ese último tiempo, cuando más necesitaba una. Me paré y abroché la capa de Rowen sobre mis hombros, nadie iba a impedirme que la llevara conmigo, estaba segura de eso.
-Vamos Anni, sujetate de mi brazo, yo te acompañaré tenía que ser fuerte, Anni me necesitaba, y papá no hubiera querido que yo no atendiera bien a los invitados. Me acerqué a Kenneth y le acaricié la pequeña cabecita mientras le pedía que me dejara llevar a Jano. Él me lo entregó cuidadosamente y tomó a su madre de la mano en señal protectora. Caminamos hacia la cabecera de la mesa, donde la ayudé a sentarse y dejé a Jano en sus brazos -Tu descansa, yo me encargaré de todo a partir de ahora
Me acerqué a Erasmus y lo abracé cariñosamente.
-Bienvenido a casa hermano, disculpame, no debí ser tan grosera contigo, espero puedas perdonarme.

Gracias Melany, no hay problema como todos amabas mucho a Rowen y siempre el estuvo mas contigo esta bien dijo Erasmus agachandose y dandole un abrazo a su pequeña hermana No hay nada que perdonar hermanita agrego Erasmus

Leyros miro la escena y sonrio de costado pero una nube es oscuridad le cubrio el rostro, Bebio un trago de vino y se incorporo.
- Señores, señora - Miro a los presentes como un aguila desde las montañas - caballeros. Mi hermano Erasmus, lord de Blackstone ha regresado y asi nuestra familia esta completa. Les pido que levanten sus copas en silencio y recordemos a los que murieron en esta guerra.

El silencio en la sala podia destruir hasta el corazon mas fuerte. Se escucharon algunos sollozos aqui y alla

Erasmus levanto su copa y brindo en silencio por su hermano el Caballero de Bronce y por su padre y su suegro muertos ante los salvajes y por todos aquellos que poblaban este Castillo y Blackstone caídos ante las Hordas de salvajes.
Miro a todos esos fuereños, algunos habían venido a ayudar, pero extrañamente su presencia les parecía fuera de lugar en Castillo Niebla pero era el Castillo de su hermano ahora y el había estado largamente lejos de allí 10 largos años en los que Erasmus se había endurecido y crecido tanto en cuerpo como en mente

Sonrió a su esposa y brindo silenciosamente con ella y con Annika

Me paré entre mis dos hermanos y levanté la copa en honor a Rowen.
"Ahora es mi turno de cuidar a nuestra familia hermano, prometo que los voy a proteger a todos, de la misma forma en que tu los protegiste"
Dejé que el silencio penetrara en mí, en todos los presentes y esperé el tiempo que era prudente, sabía que seguramente se me quebraría la voz y probablemente volviera a terminar con los ojos llenos de lágrimas, pero iba a hacerlo de todas formas.
-Ser Rowen Hawkeye fue el más renombrado caballero del Valle, se fue de su casa un día nublado de otoño para cumplir con su deber, proteger al reino, a su pueblo y a su familia. Fue un hijo ejemplar, fue un soldado al que todos temían enfrentar, incluso decían que podía pelear contra los mismos Rhaegar Thargaryen, Robert Baratheon y Nedard Stark en igualdad de condiciones, incluso algunos decían que podía pelear contra dos de ellos a la vez las lágrimas corrían por mis mejillas pero eso me hizo sonreír, recordar ese día en el torneo de Harrenhal fue como una brisa de primavera soplando en pleno invierno-Fue nuestro hermano, al que siempre podíamos acudir cuando necesitábamos ayuda, o en mi caso cuando quería jugar... Y así también se fue, siguiendo los principios que seguía nuestro padre, y nuestro abuelo antes que él, llevando el apellido Hawkeye con orgullo, como todos nosotros, él engrandeció el nombre de nuestra familia, y así también haremos nosotros... Rowen no hubiera querido que lo recordáramos en silencio así que este es mi homenaje para él ¡Por Rowen! dije levantando al copa y mirando a mis hermanos.

Mirando a su pequeña hermana Erasmus se sonrio, Definitivamente Melany pondria en problemas a cualquier hombre con poca predisposicion a la grandeza ella era vigoroza y con mucho empuje. Sonrio y brindo en silencio por su hermano y su padre una vez mas

MUchas copas se alzaron sinceras, pero muchas lo hicieron solo por compromiso. Algunos gritaron en respuesta a la niña, con un nudo en la garganta y lagrimas en los ojos, otros solo hicieron la mimica de un grito y ahogaron su voz en un rapido trago de vino.
Ser Symond Templeton no mostro ni una cosa ni la otra, su hermano tenia la vista fija en la pequeña Mel, como un lobo en un conejo en pleno invierno.

Era hora de empezar de nuevo, de reconstruir, de limpiar nuestras almas manchadas de sangre, de aquellos que habían muerto por un ideal y de aquellos que lo habían seguido. Era hora de seguir adelante, hora de renovar alianzas y pagar favores. Era hora de guardar los buenos recuerdos y ayudar a los que aún estaban ahí. Me acerqué a Dornas y le dije:
-Dornas por favor sirve de comer a los invitados, te ayudaré.

- Quedate aqui - Leyros la tomo por el hombro, mas fuerte que de costumbre - Aprende a ser una señora. Dorna, encargate por favor - Leyros se acerco a su oido - sientate ... necesito que te quedes cerca

-Lo siento hermano, no era mi intención hacerte quedar mal frente a los invitados... Me quedaré contigo si así lo deseas.
¿Qué le pasaba a Leyros? Entendía que ahora él era el señor de la Casa y tenía que actuar así pero... nunca me había hablado de ese modo...

Erasmus vio las miradas de los Templenton hacia su hermana y las miraditas del viejo lascivo no le gustaron un cuerno.

Dorna ordeno a varias sirvientas y rapidamente todos los platos estuvieron completos y el vino comenzo a correr. En la mesa principal, Leyros no habia tocado la comida pero bebia copiosamente
Lord Symon Templeton se levanto de su mesa y discretamente se acerco al estrado y dijo algo al oido, Leyros lo miro con cierta ira. Por mas joven que fuera, era un Hawkeye y como tal, no aceptaba ordenes. Pero la ira le duro lo que demoro Lord Symon en gira y volver a su lugar

Lord Templeton se acercó a mi hermano y por un segundo en vez de tristeza en sus ojos pude ver una gran ira... ¿qué era lo que estaba pasando?
Me acerqué levente a Erasmus y le pregunté casi al oído:
-Hermano, ¿qué le ocurre a Leyros? ¿Por qué está enojado? No parece que sea por mi comportamiento de recién cuando intenté ayudar a Dornas...

Contemplo a Melany que le preguntaba por el patente enojo de Leyros y la profunda ira de Erasmus se acrecentó sabia que podía llegar a pedir Templenton por su ayuda viejo ambicioso y baboso....
Si Rowen estuviera aquí y hubiera observado esto ya le hubiera lanzado su desafió a Templenton, pero Erasmus no era un caballero, el no le arrojaría un guante, le pondría el guante junto con su puño en su quijada pero no dijo nada de esto le respondió a Melany - Hermana no se que le pasa a Leyros pero hay algunas cosas que no me gustan de ese viejo y sus intenciones - Le dijo en un susurro junto al oído de la pequeña mientras retorcía el mango de su martillo mirando con abierta hostilidad a los Templenton

No recordaba a esos hombres, tampoco recordaba que fueran amigos de Rowen... Me pregunté qué era lo que estaba haciendo que Erasmus y Leyros estuvieran tan enfadados... Decidí que era mejor no seguir preguntando, era lo que me había enseñado papá, en algunos momentos había que quedarse en silencio y solo escuchar.